miércoles, 24 de abril de 2013

Salivero sustentable mode

Por supuesto que no se puede seguir con el camino del modelo neoliberal, porque aunque es cierto que existe un crecimiento económico  las consecuencias ambientales son más que evidentes y preocupantes para las generaciones futuras. Es por eso que debemos ser capaces como sistema social de encontrar nuevos modelos de desarrollo o modelos alternativos de desarrollo.

Sobre la viabilidad de un modelo de sostenibilidad fuerte analizado por Saz (2008), el cual considera que el capital natural (KN) y el capital creado por el hombre (KM) son complementarios y no sustitutivos, y que por tanto el capital natural debe conservarse y no sustituirse. Puesto que es el mismo capital natural quien juega un papel importantísimo para el medioambiente y la vida, es decir , el capital natural crítico (CNC). Consideró que dicho modelo es mucho más factible y sano en términos ecológicos en comparación con el modelo de sostenibilidad débil (Solow, 1986; Pearce y Atkinsons, 1993), el cual centra su atención (contrario al modelo de sostenibilidad fuerte) en la producción a futuro sin tomarle tanta relevancia al papel fundamental de los recursos naturales, con esto la producción se mantendría de manera indefinida a través de la sustitución del capital natural por capital creado por el hombre. Este modelo supone que la “innovación tecnológica” se encargaría de compensar las pérdidas del capital natural mientras sea sustituido por capital creado por el hombre. Y ese es justamente el principal argumento en contra de este modelo, esa “visión antropocéntrica del mundo con una elevada carga de optimismo dado que si hoy día no existe una perfecta sustitución entre ambos tipos de capital esto no plantea ningún problema técnico irresoluble” (Saz, 2008). Es por eso que pensar en modelo de desarrollo débil resulta increíblemente riesgoso para el medio ambiente y para todos los que habitamos o habitarán éste planeta.

Para que una sociedad pudiera transitar por un modelo de no desarrollo o de decrecimiento duradero (Latouche, 1994), haría falta que: se cambien las relaciones de producción capitalista, se disminuya la desigualdad social y una mejor distribución de la riqueza. También sería necesario que actuáramos sobre la demanda de los productos en lugar de incidir sobre la oferta como lo propone Urteaga en: Las teorías alternativas del desarrollo sostenible (2011).
Tal como Harribey sostenía: “Se trata de reinventar un imaginario en materia de cambio social” (Harribey, 1994). A este paso no podemos seguir con un modelo de desarrollo que se base en la producción de energéticos no renovables tales como el petróleo. Es por eso que se necesitaría mayor búsqueda y producción de fuentes de energía renovable, llámese, eólica, solar. Es necesario seguir un modelo alternativo de desarrollo más justo socialmente y con énfasis en el cuidado del medio ambiente.

Para Guimaraes nuestras sociedades actuales inmersas en un mundo cada vez más globalizado (o por lo menos la difusión de la ideología neoconservadora que sostiene la modernidad hegemónica), desde una perspectiva socio-ambiental solo cuentan con dos opciones. “O bien se integran, en forma subordinada y dependiente, al mercado-mundo, o no les quedará otra que la ilusión de la autonomía pero con la realidad del atraso” (Guimaraes, 2002). Es decir, en el viejo modelo de desarrollo neoliberal dictado por la sociedad de consumo, donde lo primordial es el crecimiento económico y la producción, no se puede vivir de forma independiente al mercado-mundo sin caer en el retraso tecnológico  Por otro lado se hace evidente la imposibilidad de continuar con un “modelo de crecimiento económico ascendente e ilimitado” tomando en cuenta que cada vez se agotan más de los recursos naturales como fuentes no renovables de energía, y la flora y la fauna al mismo tiempo que se debilitan procesos para la estabilidad de los ecosistemas (Guimaraes, 2002).

Sobre la ética de la sustentabilidad Guimares reflexiona sobre los fundamentos que cimientan el paradigma de lo sustentable en el cual cuestiona claramente al economicismo, del cual considera se ha vuelto una ciencia prepondera aquello que posea un valor monetario, “la economía necesita, al respecto, rescatar su identidad y sus propósitos iniciales. la economía ha dejado de estudiar los medios para el bienestar humano, convirtiéndose en un fin en sí mismo” (Guimaraes, 2002).
Desde el punto de vista de Guimaraes no serviría de nada intentar refundar una sociedad nueva, desde la perspectiva de la ética de la sustentabilidad, en una sociedad que no esté interesada en la generación de critica y preocupada más por la expansión de mercados impulsado por el desarrollo tecnológico y del crecimiento ilimitado, es decir individuos cada vez más alienados, a los que considera “robots que buscan sin cesar la satisfacción de necesidades cada vez menos relacionadas con las necesidades de supervivencia y de crecimiento espiritual” (Guimaraes, 2002).




Bibliografía pendiente











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